Renovarse o morir.
En 1896, Tony Anzalone, inmigrante italiano y anterior marinero en el ejército estadounidense hizo realidad su sueño estableciendose su propia sastrería, Seafarer junto a la Brooklyn Navy Yard. Lo que empezó como un taller de reparación y adaptación de los uniformes de los soldados continuó con la experimentación en el diseño y derivó en unos pantalones de campaña que la marina adoptaría como uniforme durante aproximadamente 100 años, hasta 1999.
Los pantalones eran altos de cintura y amplios en la parte inferior, muy cómodos, facilitaban los movimientos a bordo y, en caso de caer al mar, podían quitarse fácilmente pero en los años 60 y 70 pronto perdieron su espíritu funcional, fueron rescatados de antiguos baúles y maletas olvidadas y se ciñeron a las caderas de iconos como Jacqueline Bisset, Brigitte Bardot, Raquel Welch, Jane Birkin, Ursula Andress y Farah Fawcett, quienes hicieron de esta prenda el icono de toda una generación.
Hoy, la marca se enorgullece más que nunca de sus raíces italo-americanas y planea su regreso en Colette, durante la próxima semana de Alta Costura y lo anuncia con un vídeo teaser en colaboración con la blogger Garance Doré. Actualizados e igual de sexys pasean junto a tres bellezas americanas perseguidas por un misterioso fotógrafo interpretado por la bloguera francesa en un corto que iremos descubriendo en capítulos.
Estos pantalones nacieron en los barcos del ejército estadounidense, pero se han hecho famosos en los cuerpos de las mujeres más bellas del mundo. Surcaron las olas y retaron las curvas femeninas. ¿Cuál será el siguiente capítulo de su historia?
©Seaferer