Tras rumores, especulaciones, uñas mordidas y semanas de agria espera, los kioscos ya se han llenado con la última edición de Vogue España. 452 páginas (que se dice pronto) de flamante número de diciembre, muy navideño y digno de coleccionistas con Mario Testino como director invitado y Kate Moss (God save the Queen) en el papel de cover girl.

¿Sorpresas? ¿Reacciones? Muchas… y muy dispares…

Tras una portada que podría pasar por la de Vogue Italia (pulcra, vacía de texto y bellísima en su concepto estético aunque poco útil como herramienta captadora de lectoras en nuestro mercado) se esconde un Testino de personalidad múltiple.

 

 

Según Vanitatis, la semana pasada, durante la gala de los Prix Marie, Karl Lagerfeld, ante la situación económica de nuestro país preguntaba sorprendido “pero, ¿en España podéis celebrar fiestas?”. Casi como si hubiera esperado esta pregunta, la directora de Vogue España declara en su carta que una buena fiesta es la mejor manera que tenemos para «despertarnos de esta siesta y gritarle al mundo que saldremos de ésta».

 

Dicho y hecho. Al grito de ¡¡Va por ustedes!! el peruano hace un homenaje a nuestra piel de toro, a nuestra cultura, nuestras raíces, nuestro folclore y nuestros personajes a través de dos espectaculares producciones llenas de pasión ibérica.

 

Porque pasión hay. Muchísima. En la primera parte gracias a un Testino muy fiel a su estilo, un Testino seductor y romántico que enamora y sugiere en un precioso diálogo de amor taurino entre Kate Moss y José Mari Manzanares.

 

 

 

 

En la segunda parte la pasión está presente, pero no gracias al fotógrafo sino por su culpa. En un larguísimo reportaje donde las y los grandes de la pasarela posan junto a la primera plana de la sociedad y el arte españoles, (Almodóvar y algunas de sus chicas, la Thyssen, la Preysler, Rapahel y señora, Plácido Domingo, Alaska y Mario…), Testino revuelve, convulsiona y violenta con un estilo más de Terry Richardson o David Lachapelle que de él mismo.

 

No importa la situación. En casi todas las escenas los personajes, gritan, muerden, luchan, estallan en un furor que no se sabe si es ira o dichoso frenesí… Se palpa un stress, una angustia feliz… Puede que aunque «el show deba continuar» y tengamos tatuado ese «al mal tiempo buena cara» tan typical Spanish, no estemos preparados para ello.

 

 

 

Pasamos las páginas y a pesar de todo nos rendimos ante él, apreciamos su genio y admiramos las magníficas piezas de Alta Costura que llenan las imágenes y os planteamos un debate… ¿Crees que se ha cumplido el objetivo? ¿Realmente este retrato de diversión y toros es España o se ha recurrido al tópico?

 

Fotos ©Mario Testino / Vogue España

 

 

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