Marc Jacobs lleva semanas ocupando titulares debido a las voces que lo designan como el sucesor de John Galliano en la dirección de diseño de Christian Dior. Mientras tanto, el diseñador ha presentado su última colección bajo la firma que lleva su nombre en la Mercedes-Benz Fashion Week, la pasarela de Nueva York. Allí hace dos días mostraba sus propuestas para la primavera/ verano de 2012 haciendo una reinterpretación de prendas hoy icónicas.
Jacobs mostraba su revisión de los vestidos de flapper de los años 20, las prendas de denim de trabaj0 americanas, otras piezas deportivas, los cuadros vichy -siempre veraniegos- o las famosas botas de cow-boy en versión plexiglás, de plástico transparente y empeine metalizado. Sin duda, el despliegue de texturas era el protagonista del desfile: los materiales plásticos, cuero, raso, brocados… Aunque en este juego parecen reinar las lentejuelas sobredimensionadas.
Como leitmotiv, la superposición de capas: desaparece la prenda esencial para centrarse en el efecto del conjunto. Y entre todas esas capas, sobresale la prenda estrella que es la camisa abotonada hasta el cuello.
La paleta más bien pálida se compone de azul, rosa palo, plata, blanco, beige… Como si estuviera inspirada en el brillo de los espejos. Pero hay concesiones a ciertos tonos más saturados como el verde agua y el amarillo brillante por el charol.
En esta colección p/v 2012, Jacobs recuerda ligeramente a el carácter Chanel de Lagerfeld y, en otros momentos, a Prada, sin dejar de ser él mismo recuperando algunos de sus elementos más 90.
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