Por sus manos han pasado los rostros de Lady Di, Charlize Theron, Jennifer Connelly, Julia Roberts, Gisele Bündchen y otras muchas modelos. Su lugar ha estado -casi siempre- en los backstages de las pasarelas más importantes: Nueva York, Londres, Milán, París. Ahora se le conoce como el front man de Estée Lauder.
El francés Tom Pecheux creció en una granja. Pero pronto dejó esta vida tranquila de naturaleza y la cambio por el ruido y ajetreo de París. Fue en 1984 cuando, con 18 añitos y movido por su inquietud por la cocina, se trasladó a la ciudad de la luz para hacer carrera como chef pastelero. Sin embargo, poco le duró esta idea. Se convirtió en «maquillador artístico» de Le Palais, la discoteca homóloga del Studio 54 neoyorquino.
En su lucha por hacerse un hueco en el mundo de la moda, la oportunidad de oro le surgió al conocer a Carine Roitfeld y Mario Testino, tiempo antes de ser lo que son hoy. Los tres juntos hicieron un editorial para la Marie Claire alemana fotografiando a una novata Stella Tenant. La tríada realizó muchos de los anuncios de la primera etapa de Tom Ford en Gucci. La historia de Pecheux continua, es larga y exitosa. Como maquillador en los desfiles de París, NY, etc. ganó su fama, pero el ritmo vertiginoso de la pasarela fatiga, y empieza a hacer editoriales.
Entre estos trabajos para revistas se encuentra su mejor portada, la del Vanity Fair de 1997 con Diana de Gales, en uno de sus retratos más conocidos.
Hoy, tras trabajar con L’Óreal y Shiseido, y aparte de las obras de arte que pinta en los rostros de top models y actrices, es el responsable de la última línea de maquillaje de la firma norteamericana de belleza Estée Lauder.
