Ayer os hablaba con algo de detalle sobre el desfile de Proenza Schouler. Hoy me gustaría detenerme en dos de mis diseñadores (mejor dicho, tres por las hermanas Mulleavy) favoritos: Marc Jacobs y Rodarte.
Otro giro de 180 grados en Marc Jacobs. Si en la colección Primavera/ Verano 2011 volvía la mirada a los años setenta y las prendas se expresaban con la fluidez de los tejidos, para el Otoño/ Invierno 2011/12 cambia el movimiento por la rigidez del lurex. Las siluetas están marcadas con unas piezas que se adaptan siguiendo la silueta del cuerpo. El diseñador dijo -como se lee en la crítica de Style.com– que «prefería algo más estricto y severo». El elemento común dominante fueron los lunares tanto pequeños como grandes. Estos en las faldas componían una especie de red como las clásicas mallas de Rabanne. Modernidad metalizada. En contrposición, en otros vestidos con aire señorita Rottenmeier, un encaje delicado. Marc Jacobs acostumbra a jugar con los extremos.
Siendo sincera y ya que al hablar de mis favoritos es más complicado mantenerme objetiva, en lo que respecta a Rodarte, no sé cómo lo hacen estas hermanas, pero además de superarse en cada colección, cada vez me conquistan un poquito más (si eso es posible). Razones: su imaginario creativo es delicado, femenino, tienen una facilidad para mezclar texturas y estampados, lo mismo para crear cortes y formas con plisados… La belleza de la moda. La verdad, de los 35 looks que componen su última colección ninguno desmerece los demás, son 35 visiones perfectas. Los tonos: sobre todo, beige y blanco, algunas notas de azul en añil y oscuro. Predominaron las faldas y los vestidos, siluetas ultra femeninas, unos abrigos largos a ras de suelo y, para no aburrir, unos cuantos pantalones con aire masculino años 40. Las Mulleavy saben de buen gusto y del buen hacer.
