Foto via smoda.elpais.com

Ayer en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid se vivió un desfile inusual en el que la ropa no fue, por primera vez, la protagonista. Un desfile de joyas, las de Aristocrazy, la hermana pequeña de la casa Suárez.

La pasarela se tiñó de negro, el color de los maillots que lucía las modelos -como los ladrones de guante blanco (aquí negro)-, y de oro, sobre todo, el de las joyas que lucían. Piezas a gran escala: pendientes, gargantillas, collares, corazas, anillos, incluso, hombreras y horquillas. La colección ha quedado dividida en tres líneas diferentes según la inspiración: por un lado, el gusto étnico, aquí las joyas unen lo antiguo con lo moderno; la naturaleza, las joyas toman formas naturales reconocibles; y lo minimal en el diseño, reinterpretando clásicos de la joyería. Estas piezas XXL hacen rememorar otras eras, otras civilizaciones, desde el antiguo Egipto a la Edad Media, pasando por la Roma del imperio, o llegando incluso a la década de los 30 del siglo XX cuando el gusto por lo africano se impuso también en la joyería y las mujeres acumulaban brazaletes en la muñeca y el brazo.

Foto via www.vogue.es
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Todo esto envuelto por una propuesta audiovisual que creaba la atmósfera necesaria para cada una de las líneas de inspiración y, como guinda, la voz de Nawja Nimri.

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