En la más rigurosa y rica intimidad. Así es como Dolce & Gabbana ha celebrado el desfile de su segunda colección de Alta Costura, Dolce & Gabbana Alta Moda Primavera – Verano 2013. Rigurosa porque sólo 80 personas ocupaban los asientos y rica porque aparte de los doce únicos medios de comunicación invitados, el aforo se componía de millonarias chinas y rusas, condesas italianas, herederas africanas y princesas árabes.
Abriéndose paso enmedio de una sala minimalista e inmaculada explotaba una colección lujosa, muy trabajada, que gusta del encaje y la pedrería, del blanco y del dorado como color y del oro como pieza de costura.
Las faldas de tubo, tulipa o adoptando forma de cúpula emulando la arquitectura italiana o las alicaciones de estuco de los palacios de principios del siglo XX, se visten de seda pintada a mano y de rafia con apliques. Madonna! Algunos looks parecían bajados del altar de alguna basílica de la zona y es que todos los diseños han sido inspirados por la catedral milanesa y la Galleria Vittorio Emanuele.
La colección se adorna de extravagante joyería repleta de diamantes, piedras preciosas y perlas y remata el look de las modelos con una estética muy de la Dolce Vita, con elaborados peinados y maquillaje que apuesta por el protagonismo de la mirada.
Y habrá quien piense… ¿por qué este esplendor no se ha compartido de manera más masiva como se ha hecho con los desfiles al uso de la Semana de París? Los diseñadores lo tienen claro: «Esta colección es para nuestros clientes, y ellos no quieren ver a sus vestidos en una celebridad, en un anuncio o en una revista», dijo Domenico Dolce. Por su parte, Stefano Gabbana da un punto de vista menos prosaico: «Es nuestro sueño. Todo es perfecto, hecho a mano en Italia, y completamente único.»
¡Esperamos poder ver más imágenes pronto!
©Fashion Telegraph / Vogue UK