Unos días después de ver a una guapísima Helen Hunt desfilando por la alfombra roja de los Oscars, H&M vuelve a desfilar, esta vez en una pasarela de verdad, la de la Semana de la Moda de París y con su propia colección.
No es banal que se eligiera la capital de la Alta Costura para este estreno en la pasarela. Tampoco que entre las invitadas estuviera la flor y nata de las grandes cabeceras internacionales o VIPs como Ashley Olsen y Emma Roberts.
En los jardines del Museo Rodin y con la imprescindible Cara Delevingne como una de las modelos parcipantes, resultó evidente que, cada vez más, estos desfiles están destinados al gran público y su entreteniemineto que a la prensa ya que, si pensamos en el concepto «fast fashion» que caracteriza a la cadena, es chocante ver que presenta una colección que no estará a la venta hasta dentro de 6 meses teniendo en cuenta la facilidad de la marca de captar, diseccionar, adaptar, confeccionar y distribuir tendenciasal momento como si fueran hamburguesas a 1 euro.
En una mezcla a medio camino entre la elegancia de Catherine Deneuve y el encanto boho de Jane Birkin, las piezas clave fueron las prendas de abrigo: chaquetas construidas con líneas diagonales o con cremalleras, con botonaduras sobresalientes, cazadoras rockeras, chaquetones, abrigos de piel de oveja o en forma de imponente capa rematada con botas altas.
Se acompañaban de minifaldas, grandes chalecos, detalles de pasamanería, flecos, jerseys de mohair, lentejuelas, maxi vestidos de gasa y plumas. En cuanto al color, blancos y negros salpicados de tonos tierra y concesiones al rojo.
Ya tengo mi lista de deseos para la próxima temporada, vamos a tener que esperar hasta el 5 de septiembre, pero no está de más pensar en el futuro ¿no?.
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