En un país multicolor

Nuestra sociedad occidental se está orientalizando. Y no hay que pensar sólo que lo que llega de China son copias y productos manufacturados a muy bajo coste, también hay productos de calidad y artesanía. Eso descubrió Myriam de Loor cuando en septiembre de 2000 llegó por correo desde China un conjunto compuesto por una pequeña chaqueta y un pantaloncito hechos a mano. Se trataba de un regalo que le enviaba la madre de Pan -su socio y pareja- para el hijo que iba a nacer. A Myriam le encantó la riqueza de los estampados, de pequeños motivos brillantes y de colores impactantes.

Movidos por esta riqueza de los tejidos, en 2003 crearon su marca Petit Pan Paris. Desde entonces, se divierten inventando un universo poético para los niños reinterpretando con ternura los códigos de la cultura popular china.

¿Qué ves cuando ves una pieza de Petit Pan? Sus motivos, que sólo se ven en el ámbito rural y es que vuelven a hacer aquellos trajecitos que las abuelas chinas cosían para el nacimiento de los nietos. A partir de esos estampados diseñan una colección de objetos cotidianos o de prendas cómodas y cálidas. También distinguiréis a Petit Pan por el uso del color y el trabajo del patchwork.

Cuando el color importa tanto como los tejidos, las habitaciones igual que las personas se iluminan y se llenan de vida. No hay nada como el rojo o el fucsia de Petit Pan para cargarse de energía. Sin duda, han sabido crear un universo nuevo, partiendo de la tradición. Oriente y Occidente se dan la mano para alegría y divertimento de los pequeños.

No os perdáis la web y su mundo colmado de color: www.petitpan.com

*Petit Pan se vende en Francia; en España, en Nobodinoz (Barcelona), Lulaby (Sitges) y también online.