Poco nuevo bajo el sol, pero muy bien reinterpretado. Así, con esta frase, resumimos la última colección de Prada presentada en Milán el pasado 23 de febrero. Y es que se puede intentar dar la vuelta a las formas pero las posibilidades de vestir el cuerpo son limitadas, aunque se pueden adornar y acentuar en múltiples versiones.
Miuccia se ha cansado de buscar la teoría que sustente una colección, como aseguraba antes del desfile y recoge Style.com. Por eso, aquí aboga por el placer. «Esta colección trata sobre el placer de la moda». Un leit-motiv que quedaba subrayado por el ágape de merengues y chocolates que se ofreció tanto antes como después del desfile.
La diseñadora ha recuperado para el próximo otoño-invierno muchos elementos icónicos de la casa Prada: piezas masculinas adaptadas a la mujer, las prendas de inspiración pijama, los chaquetones y los adornos de gran tamaño. Sin embargo, no se puede reducir la colección a estas prendas. En el fondo, cada look entraña una revisión de piezas concretas de determinadas épocas. Léase, por ejemplo, los pantalones capri, los chaquetones de aspecto de uniforme masculino, las faldas-pareo, las chaquetas toreras… Sus piezas, de confección marcada y rigidez, parecen corazas. Es la belleza de una buena construcción.
