El hombre que marcó una nueva etapa en Gucci e YSL Rive Gauche, que abandonó la moda y nos dejó a sus fans como a un perro sin dueño. Desorientados, tristes. Tom Ford decidió que había llegado su momento y dijo ‘adiós’ a esa industria que le encumbró como a uno de sus hijos predilectos. Tras un silencio, volvió su nombre. Su marca de gafas, primero; más adelante, su firma para hombre y la boutique en Nueva York. Pasos claros, bien dirigidos y pensados.

Imagen de la campaña de gafas para este Otoño/ Invierno.

El año pasado nos sorprendía con sus dotes creativas en la dirección de cine. A Single Men con Colin Firth, Julianne Moore, Jon Kortajarena. Era un deleite visual, un ejercicio donde la estética de Ford latía en cada fotograma. Los pulidos trajes masculinos de los primeros sesenta poseen el sello del diseñador-director.

A Single Man, de Tom Ford.

Y el genio de Tom nos ha ido alimentando poco a poco. Lo mejor llegaba al final del verano de 2010: en su tienda de Madison Avenue mostraba sus nuevos diseños, la primera colección de Tom Ford para mujer. Allí estaban muchas de las buenas amigas del diseñador: Julianne Moore, Lauren Hutton, Rinko Kikuchi, Emmanuelle Seigner, Daphne Guinness. Pero, a pesar de este ejercicio, Ford tiene claro que no quiere volver a los rituales de la pasarela. De hecho, este debut poco tiene que ver con los desfiles de hoy por «la mezcla de intimidad -nada de fotos-, erotismo, emoción», como describía el experto en moda Tim Blanks hablando sobre la presentación.

Con tanto secretismo, a pesar de la expectación, nos quedamos aún con ganas de descubrir más sobre cómo es la nueva línea de Tom Ford marcada para mujer. Eso sí, gracias a algunas pocas imágenes, se concluye que esta primera Womenswear collection desborda sofisticación.

Una de las pocas imágenes de esta primera Womenswear collection.

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