Terrence Malick es uno de esos pocos directores por el que siento devoción. Se me descubrió un buen día en clase cuando vimos Bad Lands, y descubrí una narración medida, una historia de personas que se buscan y una fotografía que se queda a fuego en las retinas. En su larga carrera como cineasta sus cifras son de record pero en sentido inverso: en 40 años de cine, tan sólo cinco películas.

Sissy Spacek en Badlands.

La última, que se ha estranado a principios de este mes, El Árbol de la Vida. Se trata de un filme filosófico y poético, donde el relato cede lugar a la reflexión, porque lo que aquí importa son las grandes cuestiones de la vida (y la muerte): qué hacemos aquí, quiénes somos, qué significamos, qué significa nuestra vida. Para enfrentarnos a tales preguntas, Malick recurre a la «historia» de una familia de los Estados Unidos en los años 50. En esta película donde las imágenes son evocación para transmitir ideas, el vestuario y el diseño de la decoración no son elementos superfluos, sino que sirven para dar solidez a cada escena.

Jessica Chastain y Brad Pitt. El Árbol de la Vida.

Jessica Chastain.

 

Otra escena de El Árbol de la Vida.

 

Pitt y Chastain. Foto via moviecarpet.com

La responsable de la ropa que lucen los protagonistas es Jacqueline West, dos veces nominada al Oscar y también responsable del vestuario de El Curioso Caso de Benjamin Button.

Brad Pitt y Cate Blanchett en El Curioso Caso de Benjamin Button. Foto via cinegeek.com
Fotograma de El Curioso Caso de Benjamin Button con Tilda Swinton. Foto via latimesblogs.latimes.com

West empezó como diseñadora con base de operaciones en la bahía de San Francisco y tuvo sus propias tiendas de ropa, pero en 1990 se lanza a la creación de vestuario para películas, la primera de Philip Kaufman, Henry & June.

Fotograma de Henry & June con Uma Thurman.

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