Acabo de ver Cisne Negro (Darren Aronofsky, 2010), una de las favoritas en los Oscar de este año cuyos galardones se otorgan esta madrugada en Los Ángeles. Además de la película, Natalie Portman está nominada a mejor actriz -su esfuerzo físico y psicológico debería ser premiado- y, aunque el vestuario, no lo está, podría haber estado entre los candidatos. Me refiero en concreto al vestuario del ballet en las escenas en que bailan El Lago de los Cisnes. Como hace tiempo comenté en otro post, los tutús los diseñaron las hermanas Kate y Laura Mulleavy de Rodarte.

via Fashion.elle.com.

Esta implicación de la moda en el cine me hace recordar otros muchos films cuyo vestuario ha marcaron el imaginario colectivo. Todos podemos pensar en una películo (o más de una seguro) que viéramos de pequeños y que nos ha acompañado siempre. Pero no sólo el film en sí, sino sus colores, el vestuario… Por ejemplo, Sabrina (Billy Wilder, 1954) donde Audrey Hepburn es la hija del choffer de una familia adinerada que viaja a París y regresa convertida en una mujer elegante al estilo francés, es decir, muy chic. A su vuelta, uno de los hijos de la familia se empieza a interesar por ella, pero es el hermano más serio de los dos quien sería mejor para ella.

Sabrina antes de París.

En Sabrina el vestuario era de Edith Head. Sin embargo uno de los vestidos más famosos de la película, un palabra de honor blanco con bordados negros y cola había sido diseñador por Givenchy, pero el crédito se lo llevo Edith.

Sabrina después de París.

Es conocida la buena relación de Hepburn con Givenchy, quien después de Sabrina, diseñaría -con reconocimiento en los créditos del film- en muchas de las películas de Audrey.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.