Fotos via www.style.com

París y la alta costura. Una semana, esta, que es una vorágine de desfiles, una variedad de propuesta de lujo pero también de locura estética. El desfile de Chanel es siempre uno de los favoritos, fiel a una sobriedad y elegancia bien cuidadas.

La última colección que ha presentado podría titularse ‘Azul’, así de sencillo, por lo mismo que la etapa azul de Picasso se llama así, porque ese color es el dominante. Lagerfeld aseguró -como relata en su crónica para El País Eugenia de la Torriente- que se habían utilizado 150 tonalidades de azul en esta colección compuesta 60 looks. El azul era aquí una metáfora del «aire de los tiempos» y el aire del cielo se suele ver azul. También por este motivo el Grand Palais de París se convirtió en un avión y los asistentes al desfile en viajeros que surcaban un cielo lleno de promesas de un futuro azul.

Lo curioso, por supuesto, aparte de las variedades de color, es el tratamiento de los tejidos: ninguno se ha usado en estado puro, ni siquiera el tweed icónico de la maison. En cuanto a la silueta, Lagerfeld ha vuelto a los cortes a la cadera, ¿los años 20? No, junto con los bolsillos situados por debajo de la cintura, quería transmitir la imagen desenfadada de quien lleva las manos metidas en los pantalones vaqueros. Aún así, los cortes eran clásicos y recordaban, en ciertas piezas, a los volúmenes de Balenciaga y al Chanel de siempre y al de Lagerfeld.

 

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