Ya he dicho alguna vez por aquí lo mucho que me gusta Lanvin y los diseños que crea para la marca Alber Elbaz. En la semana de la moda de París, Elbaz presentó una colección que sorprendió por la oposición a las precedentes. Ésta mucho más sobria y oscura.

El inicio ya apuntaba la línea de toda la colección, unos vestidos y abrigos de clara inspiración en predicadores, incluso en el diseño de los sombreros que venía de la película La noche del Cazador. Una austeridad patente tanto en los cortes y formas, como en los tonos, dominado casi en su mayoría por el negro.

Si bien es cierto que el tono final del desfile cambió: mujeres más alegres con vestidos de fiesta en distintas gamas de rosa, algo de morado o color mostaza. Y las flores fueron otro leit-motiv: rosas impresas sobre fondo negro o un estampado de rosas. Exquisita combinación de blanco -la camisa- sobre falda negra. A destacar, como siempre, la confección de los vestidos, cortos o largos, las faldas y camisas con unos pliegues mágicos de dan relieve y envuelven la figura para sacar partido a las curvas femeninas.

Sobrio Lanvin, pero con la confección emblemática de la maison.

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