¿Qué fue? ¿Sigue siendo? ¿Existe en España? No son cuestiones vitales pero a quien le gusta la moda se le han podido pasar por la cabeza en algún momento. Recientemente cayó en mis manos el libro ‘¿Qué fue ‘lo hipster’? Una investigación sociológica’ (Alpha Decay, 2011) que presenta un estudio sobre el fenómeno hipster como manifestación estética de la mano de Mark Greif, escritor, articulista y editor estadounidense, además de fundador de la revista n+1.
El hipster -lo que por aquí denominamos en términos generales como «moderno»- pertenece a «un tipo de subcultura generada por el neoliberalismo», un pensamiento nuevo que «exalta la reacción política enmascarada de rebelión bajo una fachada de ‘vicio’ «. Este estudio pretende analizar esta tribu urbana «en tiempo real» porque, aunque los hipster van modificando ciertos signos externos, su atuendo, no varían sus motivaciones, ni su conciencia, tampoco la negación de pertenencia al grupo.
En el libro todo empieza con una mesa redonda debatiendo la existencia de los hipster como un grupo definible para después centrarse en el análisis por parte de personalidades del mundo intelecto-cultural de los Estados Unidos vinculados a círculos que se consideran hipster. Y van definiendo a esta tribu a través de sus gustos, profesiones, estilos de vida… Porque, ¿qué los define? Como recoge la contraportada, aquello que va «de American Apparel a la revista Vice, de los fans de Wes Anderson a los hinchas Zizek, de Williamsburg y los cafés del Lower East Side a las discotecas limeñas donde los pijos de última generación bailan cumbia». Los hipster de aquí coinciden en mucho con los de allí aunque cambian los cafés del Lower East Side por los que se sitúan en ciertas zonas reconquistadas a los ancianos del barrio, y reestilizadas de Madrid o Barcelona.
