via Elle.com.

La actual cita de las pasarelas: Milán. Y decir Milán es decir Prada. Temporada tras temporada soprende con una colección que supera a la anterior, quizá no sea mucho más estética, pero sí vanguardista. Y es que Prada no representa a una mujer sexy sino la más intelectual que pueda haber.

¿Color? Mucho. ¿Formas? Un cambio radical del invierno que estamos pasando al invierno que nos proponen para el año que viene. Si este año las faldas eran voluminosas y la silueta años 50, el Otoño/Invierno 2011/12 se estandarizan las líneas rectas, una silueta más sesentera. Los cinturones caen a la cadera para difuminar la cintura. Una imagen de niña.

via Harpersbazaar.com.

Miuccia hizo un guiño a su admirado Yves Saint Laurent con un vestido de grandes cuadros en bloque de color como aquel vestido Mondrian del francés. En combinación con tanto vestido y abrigo justo por encima de la rodilla, las botas de pitón de caña alta (altísima) en varios colores que juega sabiamente al engaño visual: en esa superposición de colores se dibuja un zapato sobre la bota. Es un verdadero trampantojo en las botas color nude. Otro golpe de efecto, los abrigos cocoon que pusieron el volumen a la colección como contraposición a las líneas rectas.

El final del desfile, apoteósico. Vestidos de grandes piezas circulares de plástico formando escamas brillantes. Eso y apliques de pelo en capelinas. La locura creativa de Miuccia Prada es incalculable.

via Brusday.com.

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