La noticia más comentada hoy en los circuitos de la moda española es la vuelta ayer a la pasarela de Josep Font con su primer desfile como director creativo de DelPozo en el marco incomparable del poco famoso jardín de El Capricho de Madrid. Font, que desapareció en un momento cumbre para la firma que llevaba su nombre por desavenencias con su socia accionista, en parte consecuencia de la crisis económica, tuvo que abandonar su trabajo como diseñador allí y desde entonces, estaba desaparecido. En marzo, saltaba la noticia de que su talento recababa en la casa DelPozo, creada tras la muerte de Jesús del Pozo y la adquisición por parte de Perfumes y Diseño. Ayer, las expectativas era muchas. Josep supo alimentar a su público. ¿Cómo iba a conjugar su personalidad con el carácter del legado de Jesús del Pozo?, nos preguntábamos. El peso de Josep Font es indudable, pero ha sido comedido en ciertos planteamientos limitando su imaginario fantasioso y teatral. En los patrones se intuyen vestigios de la línea marcada por el desaparecido diseñador. El color, un elemento presente en ambos está presente también aquí, pero en mezclas más naïf y llamativas, como gusta Font. Una etapa nueva que puede ser feliz para Josep Font, que mantiene una casa de prestigio viva, y que a ambos, firma y diseñador creativo, puede abrirles las puertas de otros mercados. Ciertamente, el nuestro no es el mejor para crecer.
