Quedan un par de horas para la inauguración oficial de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Una de las noticias que más está dando que hablar aquí, en España, en las charlas a pie de calle, son los uniformes que van a lucir nuestros deportistas. Cuando apareció la primera imagen del primer modelo de uniformes, lo primero que causó fue mucha sorpresa y lo siguiente, bastante vergüenza. ¿No está suficientemente debilitada la imagen (o marca, como se suele decir) de España fuera de nuestras fronteras como para aparecer con semejante indumentaria? Cierto es que la ropa no es lo más importante, sino que lo que prima es el trabajo, entrenamiento, fuerza y valía de los deportistas que representan a España en cada una de las modalidades. Pero al fondo hay que darle también una forma, y lo mismo que un nadador de competición no lleva un bañador cualquiera, nuestros deportistas no deberían vestir durante las olimpiadas un uniforme de tan poca calidad ni estética.
Ayer se podía leer un artículo en el diario El País donde, Bosco, la firma (para nosotros, totalmente desconocida) encargada de realizar este equipamiento había sido elegida por el COE (Comité Olímpico Español), sin concurso previo debido a su oferta inmejorable. La explicación: » La firma diseña y produce toda la ropa de forma gratuita, lo que ha ahorrado “más de 1,7 millones de euros a las arcas del Estado”, según Alejandro Blanco, presidente del COE. Además, patrocina al equipo olímpico con 250.000 euros».
Pero, ¿es que no hay suficientes talentos de la moda en nuestro país? No ya mediáticos o conocidos, sino jóvenes diseñadores llenos de creatividad. Podrían haber creado un concurso con un premio de un valor económico razonable, que seguro no habría disparado el presupuesto, a cambio además, de publicidad para el ganador. Este tipo de decisiones apenan y avergüenzan. Espero que en el futuro el COE o alguna institución de este tipo apoyen a creadores y emprendedores de nuestro país, en lugar de dar carta blanca a una empresa extranjera sin conocimiento de nuestra cultura, sólo porque sea gratis. Y lo que toca: ¡suerte a nuestros deportistas!
