Triste pero cierto. Hasta los cuentos de hadas ponen los pies en la tierra alguna vez. La firma más elitista, sublime, perfecta y talentosa decide darse un respiro: Givenchy abandona por una temporada (al menos no es definitivo) sus desfiles de Alta Costura.
Teniendo en cuenta que ya en 2010 se cambiaron los grandes show por presentaciones íntimas en los que no se superaban las 15 propuestas, este parece un paso obvio, aún así, la marca continuará financiando su atelier de alta costura y Ricardo Tisci mantendrá las presentaciones privadas para celebrities y clientes y no dejará de elaborar diseños únicos para eventos como la emblemática Gala de los MET, por ejemplo.
Así, enero se presenta con otro color… mucho más gris. Ya era patente en las últimas temporadas que la Alta Costura se estaba volviendo cada vez más «baja». Baja en creatividad, en apuestas, en riesgo, es espectáculo… Aún así, desde un punto de vista objetivo la decisión es lógica. La costura es cara, tanto en tiempo como en dinero, requiere unas habilidades que no todos los modistos tienen y el mercado cada vez compra menos. Hemos perdido el sueño pero sin duda la decisión es inteligente, y probablemente no será éste el último anuncio de este tipo que presenciemos porque la moda, a pesar de ser un arte, también tiene que apretarse el cinturón.
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