A los 82 años y con 66 de trayectoria en la moda, Bernhayer recibía ayer el Premio Nacional de Diseño de Moda 2011 que otorga el Ministerio de Cultura. Él bromeaba diciendo que «y digo que sí me lo merezco, porque he trabajado mucho y espero seguir trabajando». Y no le falta razón al modisto cordobés: sólo hay que conocer un poco su biografía para descubrir que Elio se ha hecho a sí mismo.
Elio Bernhayer (1929) ha vivido las penas de la guerra -fusilaron a su padre- y sus consecuentes penurias, fue un niño callejero. Pero sus dotes para el dibujo le abrieron las puertas a otro mundo: el de la alta costura. De ahí, como él mismo cuenta, a todos los almacenes de los Estados Unidos porque por entonces, en los años 60 y 70 -explica- «nuestra moda estaba estaba entre los tres grandes junto a Francia e Italia».
Heredero de la escuela de Balenciaga, los diseños de Bernhayer respiran la arquitectura de las líneas geométricas. Otra de sus señas de identidad, los colores lisos y, sobre todo, el juego de blanco y negro. Abrió su casa de moda 1959. Desde entonces ha conjugado la alta costura con el prêt-à porter, por ejemplo, diseñó los uniformes de Iberia durante varias décadas, y ha vestido tanto a Ava Gadner como a la Reina Sofía.
Le han premiado por «por su trayectoria de más de medio siglo tratando de embellecer lo cotidiano. Un diseñador hecho a sí mismo, trabajador incansable y autodidacta». Un apasionado de su trabajo.