
Preparaos que este invierno viene cargado. Cargado, en cuanto a profusión de estampados, colores y detalles. Una mayoría de los estampados están inspirados en los países del lejano Oriente, al igual que muchos detalles majestuosos.
Oriente viene a ser una inspiración recurrente en la moda. Sus estampados exóticos –chinoiseries-, sus tejidos de lujo -sedas-, las técnicas de pintura, etc. Los diseñadores occidentales vuelven a menudo la mirada a las siluetas propias de Oriente, de cortes geométricos, rigidez de kimono y, como guinda, un cinturón obi.

En la pasarela, los principales abanderados de esta tendencia del otoño-invierno han sido Dries Van Noten, que lo evidencia en todos sus estampados e incluso en las formas de sus diseños, aunque de una forma más actual; y Proenza Schouler, para quien la visión del estampado oriental es más abstracto y en tono fríos. Zac Posen también bebe del manantial oriental. En su nueva colección, hay algunos vestidos que pueden recordar a los de la protagonista de ‘Deseando Amar’ (Kar Wai Wong, 2000).



En cambio, en otros diseñadores la inspiración de los países del sol naciente son más bien flashes dentro de sus colecciones como en Ralph Lauren, Christopher Kane o Gucci.


