Foto via www.slithersmusiczine.com

A principios de semana vi Pequeñas Mentiras sin Importancia (Guillaume Canet, 2010), la historia de unos amigos que se reúnen para pasar las vacaciones juntos en casa de uno de ellos todos los veranos y que, en esta ocasión, deciden irse a pesar de que uno de ellos ha sufrido un accidente de moto. Viendo esta película pensaba en el estilo de las mujeres francesas, ese chic sin complicaciones, ese buen gusto que parece no estar estudiado. Y me acordé de unas cuantas películas galas que han marcado estilo, si no las películas, sus protagonistas.

Guillaume Canet durante el rodaje, vestido de forma cómoda con camiseta del grupo The Misfits.

¿Por cuál empezar? Quizá una de las más famosas sea Al final de la escapada (Jean-Luc Godard, 1960) donde la estadounidense Jean Seberg marcó un hito con su cortísimo pelo rubio y algunos de sus looks: camiseta marinera, vestido del mismo aire, cubierta con la camisa a rayas de Jean-Paul Belmondo o con el más famoso atuendo de todo el film, la camiseta blanca con el único estampado de la tipografía del New York Herald Tribune, muy copiada.

Otra de las películas de Godard que ha dejado huella en varias generaciones es Vivir su Vida (Vivre sa vie, 1962). En ella, Anna Karina encarna a una mujer desorientada que acaba ejerciendo la prostitución, un argumento que podría ser polémico pero está planteado de una forma natural. La bella Anna luce un corte de pelo a lo garçon envidiable, que hoy sería de lo más moderno. Su aspecto aún un poco cincuentas con camisas, jerseicitos o rebecas, faldas de cintura alta y cinturón ancho, así como el abrigo negro que lleva, son la envidia de las nostálgicas. Inolvidable la escena en que Karina baila como si no hubiera mañana.

(Continuará…)

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