Franca Sozzani, editora de Vogue Italia desde 1988, ha muerto después de luchar contra una enfermedad durante un año. Sozzani era conocida por sus temas en Vogue siempre desafiando los límites y la percepción de la belleza en la moda.

Licenciada en literatura y filosofía, Sozzani comenzó su carrera en Vogue Bambini, donde comenzó a formar una red de creativos con los que trabajaría durante más de 30 años. Su relación con el fotógrafo Steven Meisel estaba entre sus colaboraciones más cercanas, y rompió convenciones en la industria alistándolo para fotografiar cada portada  de Vogue Italia.

También defendió el trabajo de otros fotógrafos como Bruce Weber y Peter Lindbergh, e incluso convirtió  algunas modelos emergentes en lo que ahora consideramos hoy como supermodelos. Devota filántropa, Sozzani trabajó como embajadora de buena voluntad de las Naciones Unidas, y ha sido reconocida por su recaudación de fondos para distintas causas con muchos premios a lo largo de los años.

«Franca fue una de las editorias más grandes que alguna vez hizo una revista», dijo hoy Jonathan Newhouse, presidente y director ejecutivo de Condé Nast. «Fue con mucho la persona más talentosa, influyente e importante dentro de Condé Nast International. Hizo de Vogue italiana una voz poderosa e influyente en los mundos de la moda y la fotografía publicando imágenes y artículos innovadores. Al hacerlo, amplió Vogue más allá de lo que había sido el modelo tradicional de una revista de moda y con frecuencia cortejaba la controversia al hacerlo. Los más grandes fotógrafos de moda miraron a Franca como la líder creativa que les daría la libertad y el alcance para producir su mejor trabajo y lo hicieron, mes a mes «.
Sozzani es sobrevivida por su hijo, Francesco Carrozzini, fotógrafo y director, que estaba con ella cuando murió.

©Vogue UK

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