
La Semana de la Alta Costura arrancó el lunes y con ella vio la luz la noticia de la semana, del mes, de la temporada y casi del año.
Tras mucho tiempo a la sombra y gracias a que el empresario Diego della Valle decidió comprar la enseña en 2007 para devolverle su esplendor, hoy al fin la casa Elsa Schiaparelli está más viva que nunca.
De la mano de un genio de la costura que ya había anunciado su retirada, la maison volvía a abrir sus puertas de la mano con Christian Lacroix como responsable de la primera colección. Lacroix ha declarado que su objetivo ha sido rendir homenaje a dos caras muy diferentes de la fundadora de la marca: «he escuchado el lenguaje de Schiaparelli, he estudiado su patrimonio y he sentido su trabajo, me refiero no sólo al lado loco, extravagante, barroco, opulento y caricaturesco de su ropa, sino también a su modernidad, sencillez y pureza .»
Seguro del impacto que produciría la colección, la casa no ha organizado un gran desfile de poderoso efecto ni un espectáculo vibrante sobre ninguna pasarela, los 18 looks se mostraron sobre maniquíes blancos colocados en un carrousel de espejos en el Museo de Artes Decorativas de París.
Según Lacroix si la diseñadora siguiera con vida sus diseños se hubieran traducido al presente con total naturalidad: «esa mezcla de excentricidad y pulcritud hacen su trabajo atemporal y muy relevante tanto hoy como en el futuro,» y así ha enfocado el creador su inspiración. Teniendo en cuenta que Schiaparelli era la reina del surrealismo aplicado a la moda, lo convencional no tenía lugar aquí.
La colaboración de Lacroix con la legendaria casa de moda ha sido un hecho aislado y la marca trabajará con una serie de diseñadores, artistas y creativos en las próximas temporadas. ¿Quiénes serán? ¡Está claro que no van a acabar nunca las sorpresas!
©Vogue UK