El chic de la moda francesa tiene un nuevo hijo. Se llama Maxime Simoëns y a sus veinticuatro años lanzó su propia firma, de lo que se cumple ya dos años. Su camino ha estado bien labrado: ha trabajado en los ateliers de Gaultier, Dior y Balenciaga, pero es que además es el preferido de las redactoras.

Nacido en Lille en 1984, a Maxime desde pequeño le movía la pintura, el teatro y el cine, una apasiondo de cualquier expresión artística. Estudió artes aplicadas en Lión para después poder formar parte de la Cámara Sindical de la Moda de París. Rompió el hielo del escenario de la moda francesa en 2009 cuando fue seleccionado para participar como diseñador en el Festival de Hyères. Impulsado por el entusiasmo que la prensa deposita en él tras este acto, toma la decisión de crear su propia firma.

Otoño/ Invierno 2010.

Sus piezas están perfiladas por una geometría sutil. Limpias, bien estructuradas, normalmente monocromáticas. En su página web lo explica así: «la precisión de las líneas puras revela una feminidad sensual, la elegancia de una modernidad atemporal».

Su recorrido ha sido a la inversa. Por primera vez, un diseñador  se convierte en miembro de la Federación de la moda francesa sin haber desfilado jamás. Y es que desde noviembre del año pasado Maxime está dentro del calendario oficial de desfiles de costura. Larga vida la joven maison Maxime Simoëns.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.