

La muerte es muy buen negocio. Ha pasado con muchas estrellas del cine o de la música cuyas muertas repentinas y dramáticas los han elevado a mito. Pasó con James Dean, Elvis, Marilyn Monroe… Este verano, a finales del mes de julio, moría Amy Winehouse en su casa en Londres. Sus fans lloraban la pérdida y ya se habla de la huella que ha dejado por haber vuelto a traer las raíces de la música negra a la música de hoy. Pero, además de negocio, puede ser un reclamo para buenas causas.
Este lunes pasado día 5 se lanzaba el álbum póstumo de la malograda cantante británica, Lioness: Hidden Treasures. Un álbum compuesto por doce temas de cuyas ventas una parte de los beneficios irán a la Fundación Amy Winehouse, creado por su familia para ayudar a las personas que tienen problemas con el alcohol y las drogas.

Paralelamente, la firma Fred Perry, coincidiendo con el lanzamiento de este disco y en apoyo a la fundación, va a lanzar una selección de piezas de la última colección que la cantante diseñó para la marca. Esta colección para la próxima primavera toma como inspiración la los 50 americanos y el Art Decó de Miami, por los que Amy tenía predilección. En las prendas destaca el estampado con cadillacs, gramolas y gafas de ojo de gato. La paleta tricolor recupera tonos de aquella época: rosa pastel, azul pálido y negro.


Este pequeño adelanto de la colección de primavera 2012 de Amy Winehouse para Fred Perry está por ahora de venta exclusiva online en fredperry.com ya que el lanzamiento oficial es a finales de enero.