
Era el acontecimiento más esperado de este año: John Galliano vuelve a la carga, por la puerta grande y presentando su primera colección como director creativo de una marca que no podía ser más diferente a él.
Porque que Galliano es uno de los más originales pero excéntricos de su generación no es ningún secreto pero estaba claro que introducirle en una marca sin director creativo oficial, cuyo único mensaje era su traducción conceptual de la moda y con un fundador del que apenas hay imágenes era cuanto menos, curioso.
La decisión de Galliano devmontar su primer desfile al final del calendario de la Semana de la Moda masculina de Londres envió un claro mensaje. Al permanecer fuera del calendario de Alta Costura de París evitaba coincidir con sus antiguos empleadores en Dior y regresar al corazón de la moda de París.
El limitado número de salidas (24 en total) jugaba con la deconstrucción y los principios de la sastrería, el lujo y lo que lo fundamenta. Una pechera de conchas, un vestido de cintas de cuero negro talladas sobre jirones de tela, perlas, shorts rotos e incluso toiles (las piezas de lino sobre las que los modistos crean los patrones).
También había piezas clásicas: un blazer negro perfecto, un vestido de terciopelo rojo de cuello mandarín, un traje esmoquin impecable y un sencillo LBD, pero no era una colección destinada a recoger pedidos sino una marcada declaración de intenciones.
Entre los asistentes no faltaron los diseñadores Christopher Bailey, Alber Elbaz y Manolo Blahnik, los fotógrafos Paolo Roversi, Tim Walker, Nick Knight y Craig McDean; estilistas y editores de todo el mundo, y por supuesto Kate Moss y su marido Jamie. Está claro que el matrimonio Margiela – Galliano era raro pero Renzo Rosso (propietario de la etiqueta), sabía también quién movería a las masas.
Como final una nueva sorpresa. Nadie podrá olvidar la ceremonia con la que Galliano cerraba todos los desfiles de Dior: disfrazado de Napoleón, de torero, de indio, escondido tras la nube de humo de su cigarro… En esta ocasión escogió una sobria bata blanca. Bata blanca de científico, de inventor, de serio modisto al estilo de Óscar de la Renta… ¿Hasta que punto este será su nuevo disfraz?
Bienvenido, genio.
©Vogue UK