La segunda línea femenina de Miuccia ha retrocedido a una época sin iPhones ni internet, los años 40. Ha viajado en el tiempo para rescatar a mujeres con garra de marcada silueta triangular.

La elegancia rígida de la década de los 40 sin sutilezas, plasmada con fidelidad aunque con una evolución de las formas: hombros marcados, sí, pero más afilados si cabe, con las mangas amplificadas en volumen. La paleta bastante sobria: negro de rigor, y grises, eso sí, manchado con el poco color de los estampados y alguna pincelada de mostaza -la de un abrigo-, teja y blanco. La sopresa: los grandes fajines de tela o piel que bajaban muy por debajo de la cadera.

via Blogg.flingly.com.

Lo mejor de todo el desfile de Miu Miu fueron los vestidos, como los que guardamos impresos en la memoria por las imágenes que nos ha dejado el cine.  Unos vestidos de grandes hombros, ceñidos a la cintura con grandes impresiones florales y un pequeño escote en la espalda, el detalle. Y como nos viene acostumbrando Miuccia, el ejercicio visual más lúdico y donde puso la nota de color y brillo estuvo a los pies de los modelos: los zapatos. Al final de la presentación eran unas sandalias de dos texturas donde las lentejuelas brillaban en plata u oro.

Una colección más sobria de lo que nos tiene acostumbrados.

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