Los Grammy son uno de los premios musicales más esperados. No sólo porque se galardona a los cantantes, músicos o grupos que más peso han tenido en el último año, sino porque es un espectáculo de tal envergadura y excentricidad que produce mucha curiosidad. La repentina muerte de Whitney Houston hizo que la gala se convirtiera a la vez en un homenaje a la malograda cantante, además de ser la noche de Adele. La cantante inglesa apareció con las cuerdas en forma y se llevó consigo seis premios, entre ellos, Mejor Canción y Mejor álbum.

Pero en los Grammy los premios son casi lo segundo, lo primero es la alfombra roja y sorprender con el look más inusual. Este año la más llamativa y provocador ha sido Nicki Minaj vestida de Versace en un vestido rojo y con abalorios negros con una clara inspiración religiosa y, por si quedaba duda, se acompañó de un hombre disfrazado de Papa. Lady Gaga aunque se ha mantenido en unos límites razonables -el año pasado llegó a la gala dentro de una especie de huevo alienígena– llevaba un vestido negro, la parte central de charol con piezas doradas haciendo de corsé, el resto a la vista ligeramente cubierto por rejilla. Katy Perry, como suele hacer, se engalanó «corporativa», vestido (de Elie Saab) y pelo azules. Rihanna sorprendió con un vestido también negro que dejaba muy poco a la imaginación. Taylor Swift iba sofisticada y barroca con un vestido largo de bordados que subían hasta el cuello de Zuhair Murad.

Nicki Minaj, a la dcha. Foto via smoda.elpais.com
Lady Gaga. Foto via hoymujer.com
Katy Perry. Foto via adecuadas.com
Rihanna. Foto smoda.elpais.com
Taylor Swift. Foto via demujer.es

Dentro de las más racionales que mantuvieron el buen gusto destacar a Gwyneth Paltrow, con un diseño sobrio de Stella McCartney en negro con cinturón dorado.

Gwyneth Paltrow. Foto via nydailynews.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.