

No podemos negarlo ni esconderlo. Rodarte nos encanta, así como todo lo que crea este tándem de hermanas diseñadoras de imaginación sin fin. Tras una primera incursión en el diseño de vestuario para el cine con ‘Cisne Negro‘ (Darren Aronofsky, 2010), que era a su vez la concepción del vestuario para un ballet -se trataba del Lago de los Cisnes-, crearon la ropa que lucen los bailarines del Ballet de Nueva York en ‘Two Hearts’. Pero no contentas con eso, el par de las Mulleavy se han atrevido con el diseño del vestuario de la ópera ‘Don Giovanni’.


Estoy segura de que para un diseñador (en este caso, para las dos diseñadoras) pocos encargos se pueden equiparar a crear para una ópera, un proyecto donde pueden dar rienda suelta casi sin límites a la imaginación. En este tipo de representaciones, la teatralidad cobra todo protagonismo. Lo importante es definir personajes, crear una atmósfera, y el vestuario indudablemente contribuye a ello.

Las creaciones de Rodarte visten a las sopranos y tenores de la Filarmónica de Los Ángeles en esta ópera de Mozart que se estrenó el 26 de mayo en la misma ciudad. La escenografía ha sido obra del arquitecto Frank Gehry y Benjamin Millepied (que ya viene de serie con las hermanas Mulleavy), el encargado de los movimientos de los cantantes.


Una mezcla impresionante. Ojalá exporten esta nueva versión y puesta en escena de ‘Don Giovanni’.
