Combinando estas dos palabras, las mejores calidades y un diseño cuidado, sin barroquismos y de detalles únicos, resulta Malababa. El año 1997 marca el inicio de esta firma creada por una pareja, Ana Carrasco y Jaime Lara. En sí, fruto de las ideas de Ana Carrasco, quien imagina y da forma a cada colección. Aunque licenciada en farmacia, dedicaba sus ratos libres a saciar su pasión por la moda, creando accesorios de forma totalmente artesanal. Empezó a comercializarlos en distintos puntos de venta, hasta que viendo el éxito de sus piezas, decide crear con el apoyo de su marido, Jaime, su propio taller.
Con el tiempo, sus accesorios alcanzan los Estados Unidos, Francia, Japón, China, Italia, Gran Bretaña, Emiratos Árabes, y en 2010, abren su primera tienda, lo hacen en la capital, donde ahora cuentan con tres tiendas.
Sus diseños piel, todos hechos a mano artesanalmente, con acabados perfectos, se nutren de la obsesión de Ana por el color y el arte. La filosofía de Malababa busca crear objetos que perduren en el tiempo, una firma que teniendo una esencia fácilmente reconocible, no deja de ser heterogénea, teniendo la belleza por bandera.
Su tienda de la calle Santa Teresa (número 5) de Madrid es un lugar privilegiado, de espacio diáfano donde los suelos antiguos hidráulicos, las estanterías y muebles de madera retro conviven con las creaciones de Ana Carrasco, no sólo bolsos, carteras o zapatos de cuero, sino delicada bisutería, cinturones, sombreros y diademas. Déjate caer por allí -o por una de sus otras tiendas– y déjate seducir por Malababa.
