

Cannes es cine pero también es moda. Allí, los paseos por la alfombra ropa de la Croisette, por la noche, o frente al photocall del ‘cajón’ blanco, por la mañana, atraen casi tanta atención como las películas que se presentan en el festival. Este año una imagen de Marylin Monroe vigila a los asistentes a la 65 edición de Cannes. La actriz que paradójicamente nunca pisó esta ciudad.
Con la luz del sol, está la frescura y elegancia en las presentaciones matutinas, como ayer mostró Diane Kruger, que este año asiste como jurado, o esta misma mañana, Marion Cotillard con un vestido color maquillaje. También hay espacio para la provocación (de sonrisas) como la chaqueta ‘patchwork’ que se puso Bill Murray en su primera aparición en esta edición de Cannes.



Al caer el sol, se extiende la alfombra roja de la Croisette y sobre ella, todo un despliegue de elegancia, garantizado por el patrocinio de las casas de moda. Del paseo nocturno de ayer, nos quedamos con Diane Kruger, con su vaporoso Giambattista Valli parecía Helena de Troya, Tilda Swinton con su look masculino en blanco y negro, Virginie Ledoyen, clásica de Elie Saab, Bérénice Bejo acertó con un diseño rojo de Louis Vuitton, y Jessica Chastain de blanco impecable firmado por Alexander McQueen.
Pasen y vean. El espectáculo acaba de empezar.




