
Si eres chica, te acordarás de algún verano en que tu madre te compró unos bonitos zuecos que quedaban muy bien en tus pies pero que abortaban cualquier actividad propia de tu enérgica infancia, como las carreras de muchos juegos. Cuando veo las Hasbeens, me viene a la cabeza aquel verano. Lo bueno es que como ahora tengo los juegos un poco aparcados, estos zuecos me parecen una buena opción de zapato, sobre todo, para el calor.
La historia de Swedish Hasbeens es tan peculiar como sus zapatos. Un buen día del verano de 2006, los chicos de Hasbeens encontraron 300 pares de zuecos originales de los años 70 en el sótano de una vieja fábrica de este tipo de calzado. Se los llevaron a Estocolmo y así comenzó todo. Sus intención es crear muchos más zapatos con suela de madera, «incoherentes y divertidos», dicen. Todos sus diseños sean de calzado u otros accesorios, como bolsos y cinturones se basan en prototipos originales de los 70. Y lo mejor es que todos los componentes, al ser naturales, son respetuosos con el medio ambiente y reciclables. Su cuero sin tratar, la madera y las suelas de goma bio-degradable.
Los Hasbeens encandilan por sus diseños orginales y múltiples opciones de color. Son divertidos y, además, ¡muy cómodos! Será por estas razones que en 2009 fue la firma sueca que creció con mayor velocidad hasta el punto de que hoy se vende en 15 países y aquí, en España, en al menos una veintena de ciudades. Me declaro fan.