
Le robamos el título a la película ochentera de Howard Deutch, escrita por el genio de las películas de adolescentes de los 80, John Hughes, y protagonizada por la icónica Molly Ringwald, porque le viene como anillo al dedo a la nueva tendencia de cabello: las melenas rosas.

No nos referimos al tipo de color homogéneo y saturado que se ha podido ver llevando a la cantante Katy Perry, sino a algo más sutil, en color algodón de azúcar. Pueden ser mechas o un toque de color sólo en las puntas, pero si fuera todo el pelo, el tono es un rosa decolorado. Ya son muchas las modelos, actrices o cantantes que se apuntan al color pelo de golosina. Hace más de 50 años (este año se cumple el 50 aniversario de su muerte), Marilyn Monroe lucía una cuidada melena rosa. Hoy una de las primeras en llamar la atención ha sido la modelo Charlotte Free que, si ha destacado por encima de algunas colegas de profesión, ha sido en principio por el atrevimiento con su pelo.


Otras que se han atrevido con el rosa: las actrices January Jones y Dakota Fannig, la cantante canadiense que se esconde detrás de ‘Grimes’, Claire Boucher. Además, este fin de semana en el suplemento SModa de El País aparecía la cantante patria con más proyección internacional Russian Red (Lourdes Hernández) luciendo una larga melena rosada, eso sí, sin recurrir al tinte que lo suyo era postizo.




Esta tendencia de cabellos de algodón de azúcar enlaza con otra de la que hablaremos muy pronto, la de los colores azucarados en la ropa. Será que en estos tiempos oscuros de crisis hay que buscar la manera de ver la vida color de rosa.