
La costura sigue en pie. En estos tiempos en que todo va más deprisa y se ha mecanizado, aún hay oficios que continúan haciéndose como “toda la vida”. Así hoy existen todavía modistos que trabajan como siempre: tiza en mano, dibujo del patrón, hilván y a coser. Así viven su oficio en el atelier de Nihil Obstat.

Allí, desde 2006, Javier Martín Galán y Armiche Rodríguez dan rienda suelta a unos diseños dignos de los talleres de costura clásicos. Beben del trabajo ejemplar de los padres de la confección del siglo XX, principalmente, de Cristóbal Balenciaga. Las proporciones y la construcción de cada una de sus piezas parece que siguen el dictado del modisto español. Aparte de trabajar para diseñadores españoles que exponen sus colecciones en la pasarela, Nihil Obstat crean las suyas propias y las muestran a clientes y amigos en su taller de Madrid.
Sus diseños sencillos pero de compleja confección, se caracterizan por un uso discreto del color: rosa palo, verde pistacho suave, beige, blanco… Y con estos tonos de crudo y hielo nacen también sus deseados trajes de novia. Un clasicismo moderno que seduce a esas mujeres que quieren ser únicas más allá de las tendencias. Detalles de plumas, organza, encaje de guipur… Sus irrepetibles vestidos han aparecido en revistas prescriptoras de la altura del Vogue Novias o Marie Claire.

La calidad, el buen hacer y el amor por el oficio son las banderas de Nihil Obstat. No los perdáis de vista.